En el hogar de Jennifer y Julian la situación era normal, hasta que Jennifer dio a luz a una maravillosa hija. Desde ese momento, la gata que pertenece a la familia desde años, Luna, cambió las cosas por completo. Luna no dejaba que la hija durmiera sola, y cuando se separaban no dejaba de maullar. Cuando Julián se dio cuenta de lo que estaba pasando se llevó el susto de su vida. Rapidamente llamó a la policía y acudieron con muchos agentes…
