Asimismo, se atrevió a llamar a sus colegas para descubrir lo que había pasado allí. Sólo 5 minutos después de la llamada, llegó una decena de policías listos para entrar por la fuerza en la casa. Al entrar, los agentes de policía esposaron directamente al hombre que había abierto primero la puerta. Al mismo tiempo, el propio Sebastián subió corriendo a la habitación desde la cual la chica lo saludaba cada día. Tenía que saber sí o sí lo que le había pasado…