Durante los dos años y medio que había trabajado allí como encargada en el Arby’s, veía todos los días, sin falta, al mismo anciano, solo, entrar en el restaurante para comer.
Intrigada, la gerente que quería conocer la razón por la cual el anciano venía solo a comer la misma cosa todos los días, se atrevió a preguntarle. Y la respuesta del hombre, hizo que toda la comunidad abriera sus chequeras.